Considerado el mejor amigo del hombre desde hace varios siglos, el perro es sin duda una fuente de bienestar para las personas que los frecuentan todos los días o de forma habitual. Os presentamos aquí un panorama de los beneficios que los perros pueden aportaros.

Una fuente de buen humor
Sea cual sea tu estado de ánimo o cómo haya sido tu día, un perro siempre te recibirá con alegría. Y no olvides que esta buena energía está hecha para contagiarse y para compartirse, sobre todo entre dos. 😉
Un perro también es una fuente de confianza para su dueño, pues lo ayuda a relajarse, a olvidar los problemas y a despejar la mente. Amigable por naturaleza, un perro tiene todas las cartas bajo las patas para ayudarte a recuperar el buen ánimo, sin importar las circonstancias. Como le es imposible juzgarte, el perrito no te pondrá ninguna barrera.
Una fuente de relajación

Cuando un perro busca a su dueño o a su amigo prestatario, automáticamente recibirá caricias. Y las caricias son sinónimo de relajación. Sin duda, tu salud te agradece cuando acaricias a un perro, pues detrás de este gesto, a la vez simple y tierno, se esconde la fórmula mágica para reducir de manera natural la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Todo esto generará en ti una sensación de bienestar y relajación.
Un consuelo permanente
La presencia de un perro en el hogar tiene un impacto en muchas cosas. Para empezar, su presencia brinda consuelo al dueño o cuidador en los momentos difíciles (estrés, ansiedad, soledad, etc.), pues siempre tendrán compañía y, sobre todo, sentirán que no están solos. Esto reduce el riesgo de caer en una fuerte sensación de soledad, que a veces puede derivar en episodios de depresión y, en casos extremos, desembocar en situaciones desafortunadas.
La formula para un buen estado de salud

Tener un perro cerca a diario, o con frecuencia (como ocurre con los voluntarios), es una excelente manera de mantenerse en buena salud física. Cuando te comprometes a tener un perro o a hacerte cargo de uno, también te comprometes a proporcionarle actividad física diaria, lo que incluye sacarlo a pasear. Del mismo modo, gracias a tu perro te verás motivado a hacer ejercicio y a mantener una rutina activa cada día.
Recuerda que sacar a pasear a tu perro durante 20 minutos cada día de la semana beneficiará tu salud física. Con este nivel de actividad, podrás perder hasta 6 kg en el transcurso de un año. Más aún, acompañar tus caminatas con otros ejercicios físicos ayuda a disminuir el sobrepeso en los dueños o voluntarios, y al mismo tiempo te permite reducir considerablemente el nivel de estrés, facilitando así conciliar el sueño por la noche. Algunos hospitales reconocen los efectos positivos de los perros, pues acompañan a los pacientes en su recuperación y les ayudan a sanar más fácilmente.
Y para los deportistas, o futuros deportistas, los perros representan una excelente fuente de motivación. Hoy en día, existen muchos deportes que se practican junto a un perro. Canicross, bikejoring, agility o simplemente salir a trotar juntos: las formas de hacer actividad física regular con tu perro son increíblemente diversas y pueden ayudarte a desarrollar una gran complicidad entre el dueño o voluntario y el perro. 🙂
Un vínculo social extraordinario
Nadie mejor que un perro para ayudarte a conocer personas. Ciertamente, cuando te ocupas de un peludito estas obligado a salir más regularmente de tu casa. Además de los beneficios físicos que estas salidas aportan, pasear a tu perro te permitirá conocer personas nuevas. Efectivamente, cuando dos dueños de perros que se cruzan en la calle es probable que instantáneamente surja una conversación o cruce de palabras entre ambos.
Pero aún así, el hecho de ocuparte de un perro te hará una persona responsable y simpática, a quién no le será evidentemente indiferente los otros dueños de perros con experiencias compartidas. Después de todo, entre amantes de los perritos, nos entendemos y siempre tendremos un tema de conversación debajo de la pata. 🙂
Un mayor sentido de responsabilidad.
Cuando se es responsable de un perro, ya sea como dueño o como cuidador temporal voluntario, se asume el compromiso de cuidar a un ser vivo. De entrada, esto inevitablemente aumenta la carga de responsabilidad diaria. Y si acostumbras a estar solo, con un perro aprenderás a hacerte responsable por alguien más que ti mismo. Inevitablemente, esto solo te traerá beneficios y te permitirá aprender y crecer cada día a nivel personal.

Pero cuando se trata de un niño pequeño que descubre la vida día a día, ofrecerle la posibilidad de estar cerca de un perro sin duda le permitirá desarrollar su capacidad de ser, e incluso volverse más responsable y aprender a cuidar de otro. El niño se encariñará con el nuevo miembro de la familia y querrá pasar tiempo con él. Y esto traerá muchas ventajas. Para empezar, frecuentar a un perro diariamente puede reducir los riesgos de alergias en niños. Además, el niño tenderá a jugar con el perro, lo que le da ocasiones de hacer ejercicio al mismo tiempo que él. De este modo, adquirirá el hábito de mantener una buena condición física. Por último, tener un perro favorece el desarrollo de la responsabilidad en el niño, volviéndolo más autónomo y, sobre todo, dándole la oportunidad de hacerse cargo de otro ser vivo.
Afrontar la soledad
La posibilidad de cuidar a un perro es una oportunidad para luchar contra la soledad y sentirte mejor cada día. Particularmente para las personas mayores, pasar tiempo con un perro les ayuda a mantener cierta autonomía y, sobre todo, a seguir realizando actividad física diariamente, como salir, pasear, etc. Por lo menos, los perros pueden ayudar a las personas mayores a realizar este tipo de ejercicios y evitar que caigan en la monotonía.
De este modo, los peluditos contribuyen cada día al bienestar de los seres humanos. No por nada se les considera los mejores amigos del hombre. 🙂