Las espigas en verano: cómo proteger a tu perro

¡Ha llegado el verano! La temporada perfecta para disfrutar del buen tiempo con tu perro. Salir a pasear al parque, al campo o la montaña es una actividad popular para hacer con tu amigo durante los días de sol. Sin embargo, no podemos olvidarnos de los riesgos que trae la llegada de esta temporada para nuestros peludos.

Cuando se habla de las precauciones a tomar para proteger a tu perro durante el verano, normalmente pensamos en el golpe de calor, del cual ya hemos hablado en nuestro blog (¿Cómo reconocer un golpe de calor en perros?). No obstante, poco se habla de las espigas, especialmente peligrosas y molestas para nuestros perros y cuya presencia a nuestro alrededor aumenta exponencialmente en esta temporada.

En este artículo, os explicaremos qué son, cómo saber si tu perro las tiene, cómo prevenirlas y tratarlas, de modo que tu perro pueda disfrutar de los días soleados con tranquilidad.

¿Qué son las espigas?

Las espigas son unas vainas alargadas, vellosas y duras, con forma de flecha, que recubren las inflorescencias de plantas gramíneas como el trigo o la avena. Durante el verano, las espigas se desprenden de las plantas, se secan y adquieren una textura rígida y afilada. Estas vainas se adhieren con facilidad a superficies ‘peludas’, como nuestra ropa, el cabello y, en este caso, al pelaje de nuestros perros.

Abundan en zonas donde crece hierba alta y silvestre, como campos, caminos rurales, montes o senderos de montaña. No obstante, el viento puede transportarlas hasta zonas urbanas, como parques y jardines, por lo que no hay que bajar la guardia ni siquiera en áreas metropolitanas de ciudades como Madrid o Barcelona.

Son especialmente peligrosas, ya que pueden clavarse en zonas sensibles de nuestros perros, como la nariz, los ojos, las partes íntimas, las almohadillas e incluso dentro de los oídos, provocando heridas en la piel. La superficie de las espigas cuenta con unos ganchos diminutos que se adhieren al pelo del perro, lo que las hace muy difíciles de extraer. Además, su forma afilada y abierta impide que retrocedan fácilmente una vez que se han incrustado.

¿Cómo prevenir las espigas?

Existen diferentes precauciones que podéis tomar para prevenir que estas molestas semillas se incrusten en la piel de tu amigo de cuatro patas.

Para empezar, evita, en la medida de lo posible, pasear a tu perro por zonas con hierba muy alta o sin podar. Si no quieres privar a tu perro de paseos en el campo o la montaña, puedes disminuir el riesgo, poniéndole un abrigo de paseo transpirable (no olvidemos el golpe de calor) que proteja su pelaje e impida que las espigas se adheran. Esto es aún más aconsejable si tu perro tiene el pelaje largo, pesado o rizado.

Otra recomendación es mantener su pelo corto, en especial en las zonas de mayor riesgo, como las patas y orejas. De esta manera, habrá menos riesgo de que encuentren una superficie donde pegarse y será más fácil identificarlas antes de que causen heridas y se introduzcan profundamente a la piel. Eso sí, es importante no rapar a tu perro en exceso, ya que el pelaje también protege la piel del sol.

Después de cada paseo, te sugerimos hacer una revisión completa y minuciosa de su pelaje. Para ello, examina cuidadosamente entre sus almohadillas y los dedos de las patas, en la base y alrededor de las orejas, en las axilas, la zona inguinal y cualquier área donde la piel forme pliegues, ya que las espigas tienden a alojarse en estos puntos. Puedes aprovechar esta revisión para cepillar su pelo.

¿Cómo saber si el perro tiene espigas?


Existen algunos signos visibles que se pueden ayudarte a identificar si tu perro tiene alguna espiga clavada:

  • Si notas que se lame, rasca o muerde insistentemente una misma zona —especialmente en una de las áreas donde suelen incrustarse las espigas—, es posible que tenga una espiga que le esté causando dolor o molestia. Estos comportamientos son intentos de tu peludo por sacársela.
  • Si el perro presenta dificultad para caminar o sangra por alguna parte del cuerpo, especialmente en las patas, es posible que tenga una espiga clavada.
  • Si sacude o inclina constantemente la cabeza, o si ves que se rasca mucho el oído, es probable que tenga una espiga en esta zona.
  • Si se frota los ojos, o notas inflamación, y que le sale algún tipo de secreción ocular, podría deberse a la presencia de una espiga u otra irritación.
  • Si estornuda continuamente o tiene líquido nasal, puede que tenga una espiga en su nariz o vías respiratorias.

¿Cómo tratar las espigas en mi perro?

Si las espigas están en la superficie o no se han incrustado profundamente en zonas de difícil acceso, puedes extraerlas tú mismo con ayuda de una pinza. Ten cuidado de no romperla, ya que será más difícil sacarla por partes.

Procura desinfectar la zona antes y después de extraer la espiga, utilizando un producto adecuado para la piel de tu perro.

Vigila la zona afectada durante las horas y días posteriores a la extracción para asegurarte de que no haya signos de infección.

Si lo deseas, puedes aplicar algún producto para calmar la irritación de la zona después de haber extraído la espiga.

¿Cuándo acudir al veterinario?

Acude de inmediato al veterinario si:

  • No te sientes seguro de cómo extraer las espigas por ti mismo.
  • Si ves que puede que le estés causando mucho dolor a tu perro al intentar extraer las espigas por ti mismo.
  • Si crees que tu perro tiene una espiga incrustada profundamente en algún lugar invisible o fuera de tu alcance.
  • Si notas signos de infección, como enrojecimiento, hinchazón o secreción en alguna parte del cuerpo, especialmente en zonas sensibles como los ojos, la nariz, los oídos o la boca. La presencia de espigas en estas áreas es extremadamente peligrosa y puede derivar en complicaciones graves: en los oídos, pueden perforar el tímpano; en los ojos, causar ceguera o dañar la córnea; y en la nariz, afectar las vías respiratorias. Las espigas en estas zonas son consideradas emergencias veterinarias.

Ahora ya sabes cómo proteger a tu perrito de las espigas en verano. Tomando precauciones y aprendiendo a identificar las señales, podrás evitar complicaciones y disfrutar de los días soleados y el cielo azul de esta temporada junto a tu compañero peludo, sano y feliz.

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